Nació el 28 de julio de 1866 en Londres. Creció en una familia de buena
posición, victoriana y convencional. Su hermano Bertram, seis años más pequeño
que ella, fue su compañero de juegos en la infancia, ya que se educó en casa
con institutrices. Tuvieron una constante relación con la naturaleza y pasó
horas observando animales y plantas, especialmente en verano cuando pasaban las
vacaciones en Escocia o en la región de los Lagos de Inglaterra.
Su futuro
iba encaminado a convertirse en una esposa conformista, posición contra la que
se revelaba, pues Beatrix
Potter quiso
alcanzar una vida independiente. Era una intelectual y estudiosa de la
naturaleza. Realizó serias investigaciones científicas sobre líquenes,
hongos y algas, que tuvo que presentar un tío suyo en el círculo de
investigadores, pues por el hecho de ser mujer no se le permitió a la
autora. Por la misma razón no pudo estudiar en los Reales Jardines de Kew.
Publicó con
treinta y cinco años su primer cuento en 1902: El cuento
de Perico el conejo travieso. Fué tal
el éxito, que no dejó de publicar hasta 1910 una media de dos cuentos
ilustrados al año. En 1905 se casó con su editr, Frederick Warne, con la
oposición de sus padres. El marido murió en ese mismo año y Beatrix compró
entonces la granja
Top Hill, en la población de Sawrey, escenarios de muchas de sus historias.
Durante los
últimos treinta años de su vida, en los que volvío a casarse, ahora con su
abogado, la escritura y la ilustración dieron paso a una segunda etapa en la
que ejerció de granjera y conservadora de la naturaleza. Cuando murió en 1943,
legó al estado y al National Trust unas 2000 hectáreas de terreno y quince
granjas para su conservación que contribuyó a la creación del Parque Nacional
de Lake District.
Sus tiernos
dibujos no esconden por tanto una mujer ñoña, sino a una mujer que se rebeló en
su tiempo y obró siguiendo sus criterios, lejos de lo que se esperaba de ella.
Sus
historias y personajes siguen cobrando vida generación tras generación.
Los
cuentos de Beatrix Potter tenían relación con las personas queridas,
los lugares y animales que la autora conocía y por ello, cada uno de los
cuentos en esta edición tiene una nota introductoria que lo explica y te sitúa
cerca del momento en que la autora escribía e ilustraba el relato.
En sus
narraciones hay una mezcla de fantasía y realidad. Refleja hábilmente las
costumbres sociales de su época y la tradición rural que tanto disfrutó. Los
entornos y los acontecimientos narrados formaron parte de muchos momentos de su
vida.
Paisajes,
colinas, bosques, animales, senderos, jardines y casas que verás en sus
dibujos, son escenarios reales de la región de los Lagos y sobre todo de Sawrey,
en donde se encontraba su granja de Top Hill.
El primer
cuento que escribió, en 1902, fue El
cuento de Perico el conejo travieso. Hacía siete años que lo había escrito en forma
de carta ilustrada para el hijo de su primera institutriz. En un
principio lo editó ella misma para regalárselo a sus familiares y amigos,
pero el editor
Warne, le propuso
publicarlo con las ilustraciones a color y en pequeño
formato para poderlos llevar en los delantales, lo que era una novedad entonces. Y así se
publicarían todos los cuentos, aunque algunos se publicaron en principio
en forma de desplegable pero con poco éxito por la dificultad de volver a componerlos.
Este
clásico infantil sigue editándose desde hace más de cien años.
Las
historias y las ilustraciones son tan entretenidas y bellas, que a medida que
avanzas en la lectura te dices: éste, éste es el que más me gusta… pero al leer
el siguiente, cambias de opinión. Cada cuento se convierte en favorito.
Para
Beatrix Potter, El sastre de Gloucester era su preferido, aunque El cuento de
Señora Bigarilla casi, casi que le gustaba igual.
A Beatrix le interesaron mucho los animales desde pequeña. Muchos de
los protagonistas e ilustraciones son de animales
domesticados que tuvo en casa.
Conejos, ardillas, ratones, gatos, erizos, ranas, ocas, tejones, cerdos, zorros… habitan en sus cuentos. Pero son animales muy muy especiales…
Conejos, ardillas, ratones, gatos, erizos, ranas, ocas, tejones, cerdos, zorros… habitan en sus cuentos. Pero son animales muy muy especiales…
Tienen cualidades como las personas:
ingenuos, engreídos, amables, ariscos, lectores, temerosos, pícaros,
valientes… A través de estos singulares animales llegas a conocer bastante
bien los comportamientos y actitudes de los humanos.
Aunque
aparecen en los cuentos hombres, mujeres y niños, siempre lo hacen como
personajes secundarios.
A veces son
tan educados, que son un ejemplo en la puntualidad, en saludarse, hacerse
regalos , en la limpieza y un ejemplo en tener detalles de agradecimiento y
cariño.
Beatrix Potter les viste con esmero y dulzura: Chaquetitas, zapatos, mandiles, bordados, pañuelos, puntillas, levitas… Una colección de ropitas que son una delicia y colaboran a sentirte más cercano a ellos.
Sus animales están tan bien
humanizados, que parecen reales. Sus acuarelas son tan minuciosas,
que te haces enseguida pequeñito y te transportan sin
dificultad a sus casas y a sus aventuras.
Los enredos de los relatos en muchas secuencias, bien pueden asemejarse a vivencias humanas: conejitos que crecen y se casan, pequeños bien vestidos que juegan y se ensucian o rompen la ropa, traviesos que van al lugar al que no deben, descaros de vecinos o preocupaciones de los padres por el retraso de alguno de la camada.
Las ilustraciones no pierden detalle de la vida
del hogar y aparecen tazas de fina porcelana, manteles bordados,
cunas de mimbre, escobas y cogedores de latón, tocadores con peines, cestas con
verduras… No le falta detalle como a cualquier hogar bien equipado.
Y nada
tienen que envidiar las
tiendas en donde los animales compran y venden, como la de Jenjibre y Pepinillos : mostrador, pesos, cajas, tarros de cristal,
latas o velas se distribuyen como en cualquier establecimiento
de la época.
Beatrix Potter era una gran
observadora y tenía un gran conocimiento de la naturaleza.
Le interesaba la historia natural, por lo que la mayoría de los motivos que
dibujaba eran botánicos o animales del natural. No hay más que fijarse en sus
historias, en donde descubrirás dónde viven, qué comen o cómo se desplazan todo
tipo de animales.
Verás
con claridad el paso de las estaciones del año: sus colores, las flores de muchas
formas y aromas, los prados verdes, la nieve que todo lo cubre… Muchas
variedades de árboles como hayas, tilos o secuoyas.
Sus cuentos tuvieron un éxito tremendo en
Estados Unidos y recibía cientos de correos desde allí, llenos de alegría por
sus personajes. Contiuó escribiendo e ilustrando, pero la producción se
redujo a un cuento por año, pues la granja le requería mucho tiempo ycada vez
estaba peor de la vista.
En 1912,
cansada de escribir libros
modélicos acerca de gente buena, así lo comentó ella, escribe El cuento del señor Raposo. A
pesar de que los protagonistas, el zorro y el tejón, son realmente
desagradables y llegan a mostrar una picardía tremenda, la historia tiene
un final feliz que complace al lector. Siempre en sus relatos, después de
aventuras, situaciones al límite y carreras, todo
se desenlaza de forma apaciguadora y justa.
Beatrix
Potter también escribió canciones
infantiles en forma de versos divertidos y entrañables sobre pequeños
animales: Manzanitas
verdes yCecilia Perejil.
Conoces a la anciana
que en un zapato vivía,
y tenía tantos hijos
que casi no cabían ?
Su estilo pictórico era rico y detallista, de línea precisa y fina. Utilizaba diminutas pinceladas para representar las texturas del pelaje de los animales o de la vegetación y prestaba gran atención a la composición.
Conoces a la anciana
que en un zapato vivía,
y tenía tantos hijos
que casi no cabían ?
Su estilo pictórico era rico y detallista, de línea precisa y fina. Utilizaba diminutas pinceladas para representar las texturas del pelaje de los animales o de la vegetación y prestaba gran atención a la composición.
En sus
libros hay también muchas ilustraciones
en blanco y negro. Muchas de ellas son
bocetos que decidió no darles pintura por falta de tiempo o visión, pero que no
dejan de tener su inconfundible calidad. Todo está lleno de detalles.
Sus obras
nos muestran el encanto con el que la autora era capaz de combinar textos e
ilustraciones en formato de cuento.
Beatrix
Potter murió en Sawrey en 1943, dejándonos sus adorables libros y un
extaordinario entorno natural protegido.
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